lunes, 11 de junio de 2007

Los falsos caballeros

Ciudad de Buenos Aires. Oficina en el microcentro. Tres hombres y una mujer. Tema de conversación: hombres, hombres caballeros. “La onda es pagar a medias”, “un caballero es igual a boludo”, “si pago, la mina se tiene que poner y no decir que no a nada”…Estas y otras frases escuchaba la mujer con horror: “un caballero paga todo y tiene sus riesgos y si le gusta la mujer, paga”. Los hombres: “una puta cuesta menos”. Fin de la conversación.

Villa Luzuriaga, Partido de La Matanza. Casa familiar. Dos mujeres. Madre e hija. Tema de conversación: hombres, hombres caballeros. “Jamás saqué una moneda del bolsillo”, “el hombre siempre paga”, “hasta con tu papá fue así, estando de novia y después casada con él”, “si al hombre le gusta esa mujer paga aún tomando riesgos”.
Fin de la conversación.

En la semana recibo una invitación de uno de los tres hombres de la oficina para salir al teatro. Hacía mucho que no iba al teatro y hacía mucho que no salía. Él sabía que tenía que ser caballero conmigo, porque esa era la condición (la condición…). Previo al teatro salimos a tomar un café y charlamos de personas en común, trabajo, etc. También hablamos de los hombres caballeros y el me decía que ya que nos conocemos de antes que después del teatro el se quedaría en mi casa… ¿En mi casa? Pues sí. Soy presa de mis palabras y quisiera olvidar haber dicho que doy buenas garantías con los caballeros. Dejé pasar el momento y nos fuimos para el teatro. ‘Mas le valga que me lleve a ver una obra buena’, ‘me estoy perdiendo CSI Miami y CSI NYC por esta salida’, ‘¿tengo que llevarlo a mi casa?’.
Tabaco & Ron, una obra interpretada por la artista Vicky Buchino, me impresionó muchísimo. Una señora cantante. Sorprendida, miré a mi caballero con buena cara. El caballero se encontró con sus amigos y sus respectivas compañías. Nos saludamos y nos ubicamos en nuestros lugares. Finalizada la obra, fuimos con los amigos a tomar unos tragos (cortado para mí) a un lugar que me hubiera gustado mucho permanecer todos los días leyendo un libro. Mi salario no lo permite. Linda noche, lindas conversaciones en grupo de seis personas, una vida social que no hago ni una vez a la semana (debo retomar esa vida). Finalizada la salida, cada parejita tomó su rumbo. El caballero y yo esperábamos el colectivo. En la parada el caballero hablaba y le hice un gesto para que hable mas bajo, a mi me irritaba un poco (dama caprichosa). El caballero desapareció: “no me hagas eso porque me voy a la mierda y te dejo acá”, “no hablo tan alto para que me hagas callar”. Sorprendida, lo miré con cara de perro mojado: ‘me retó’, ‘este estúpido me está retando y en la calle’, ‘¿quién se cree que es?’, ‘no puedo creer que me trate así’, ‘¿y si me tomo un taxi y me voy a la mierda sola?’, ‘si tomo un taxi, sería un presupuesto que no quiero costear’, ‘éste no merece nada de mi’, ‘no cambia la cara de culo que tiene’, ‘llega el bondi, ¿subirá conmigo?’. “Chau”, dijo el …falso caballero.
Fin de la salida.

Ciudad de Buenos Aires. Barrio Palermo. Colectivo. Mujer sentada en un asiento individual en el colectivo. Tema interno de conversación: hombres, hombres caballeros y damas caprichosas: ‘no podía sentirme obligada a hacer lo que no quiero’, ‘ni hasta lo material me mueve’, ‘solo Madonna es la auténtica chica material’, ‘el falso caballero tenía un objetivo y no lo cumplió por una boludez mía’, ‘el falso caballero tenía su razón pero la dama, caprichosa o no, tenía que demostrar por sí misma cual es su propio valor ante las circunstancias emocionales’, ‘la dama fue infantil, el falso caballero no’.

1 comentario:

Moris dijo...
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